La tauromaquia lleva ligada al ser humano desde la antigüedad, y su evolución a lo largo del tiempo ha dado lugar a la aparición de diversos espectáculos. En nuestro país, durante la celebración de miles de festejos se producen numerosos heridos cada año. El politraumatizado taurino precisa una atención especializada debido a particularidades que lo hacen diferente a cualquier otro paciente. Considerar politraumatizado al herido por asta de toro.
El desarrollo de festejos a lo largo de los años en nuestro país ha conllevado una creciente afición que a su vez ha derivado en la realización de diferentes espectáculos en la mayoría de las comunidades autónomas. Entre estos destacan: las corridas de toros, las novilladas, el festejo popular y los concursos de recortes. En los últimos años se ha dado un incremento de los festejos populares, en los cuales hay una participación directa del pueblo, y un claro descenso de las corridas de toros.
Este gran número de festejos da lugar a una gran cifra de heridos a lo largo de la temporada taurina cada año, con algunas muertes, siendo estas minoritarias. La pequeña cifra de estas últimas y la favorable evolución de los corneados es gracias a la existencia de equipos médicos formados en cirugía taurina para intervenir en este tipo de cornadas y dispuestos a prestar una rápida y correcta atención al herido por asta de toro. La composición del equipo sanitario vendrá condicionada por diferentes factores: el tipo de espectáculo, la edad de las reses, las características de los cuernos o las exigencias reglamentarias de cada Comunidad Autónoma (CCAA), siendo obligatorio en todos los casos un graduado en enfermería y un médico.
Pero, por qué razón, hay considerar politraumatizado al herido por asta de toro?. La atención a este tipo de pacientes es única, pues suelen presentar una serie de características que lo diferencia de cualquier otro politraumatizado. En primer lugar, se debe considerar el agente agresor, el toro, animal capaz de desarrollar una potencia de 2005 Julios (J) en su derrote, similar a la que lleva la bala de un rifle de caza a la salida del cañón. Este dato, nos puede indicar la capacidad lesiva y los daños potenciales que pueden sufrir los tejidos afectados.
Además, ante una cogida siempre consideraremos: la posibilidad de diferentes trayectos del cuerno en una misma cornada; la coexistencia cornadas múltiples; la presencia de lesiones en distintos planos y estructuras anatómicas (algunas de ellas alejadas de la lesión principal), así como el depósito de gérmenes y cuerpos extraños que el cuerno vehicula en su trayecto, los cuales darán lugar a la aparición de infecciones en caso de no ser tratadas. Los enfermeros serán partícipes del tratamiento y cuidado de estos pacientes. La limpieza de las heridas, el control del acceso venoso, la administración de antibioterapia y analgesia, la infusión de cristaloides y control de la hemorragia ante una severa hipovolemia serán una de las muchas intervenciones que se llevarán a cabo en la especialidad de cirugía taurina; al igual que la participación en todas y cada una de las fases del protocolo ABCDE.
Excelente post!!! Muy cierto !!! Más vale prevenir que curar y nunca nunca SUBESTIMAR